martes, 28 de octubre de 2008

TORRE DE LOS VIENTOS, TOYO ITO


He elegido ésta torre, porque a pesar de ser un elemento estático, está envuelta en un gran dinamismo. Además es interesante ver cómo Toyo Ito le ha dado una nueva forma y un nuevo uso a unos elementos tan dispares como son un depósito de agua y una torre de ventilación.

Esta torre, de 21 metros de altura, se alza en el centro de la plaza de la terminal de autobuses de la estación de Yokohama, y es fruto de la rehabilitación de una antigua torre de ventilación y de depósito de agua que daba servicio desde hacía veinte años a la zona comercial existente en este lugar. La idea fue recubrir la superficie de la antigua estructura con placas de espejoss acrílicos, sobre los que a su vez se coloca un cilindro de aluminio perforado y de sección transversal oval (9 x 6 m). Durante el día, los paneles de aluminio reflejan la luz y acentúan la forma de esta estructura cilíndrica, cuyo armazón se hace visible a través de la luz. Al anochecer, cuando la torre se ilumina, se produce un efecto caleidoscópico por el reflejo de la serie de puntos de luz situados entre el cilindro de aluminio y el revestimiento de espejos y visible a través del metal perforado. El sistema de iluminación, controlado por ordenador el pie de la torre, consta de 1.280 mini-lámparas y 12 luces de neón de forma circular, además de 30 focos situados en la base, 6 en el exterior y 24 en el interior. El juego de luces cambia en función de la dirección y la velocidad del viento y de acuerdo con la intenisdad del ruido procedente del exterior. El movimiento de la luz se controla como si de música ambiental de tratase. Por eso, en alguna ocasiones, el cilindro de aluminio llega a convertirse en casi transparente, mientras que en otras la luz de los focos destaca los paneles de la superficie.
AMAIA.

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